Las coordenadas del no-lugar en la obra de Yanelis Mora

Entrevista a Yanelis Mora, por Claudia Taboada Churchman
April 1, 2021
Las coordenadas del no-lugar en la obra de Yanelis Mora
Hablemos un poco del escenario cultural que antecede la creación que actualmente desarrollas y de cómo pudiera este influir (o no) en los nuevos procesos creativos que exploras.

Cuando uno sostiene la poderosa consistencia de las Artes Dramáticas, cuando te has pasado casi la mitad de tu vida dedicada a la actuación, es imposible que no se desarrollen en tí muchas destrezas. Por lo general, para que un actor sea lo más completo posible debe tener una preparación que abarque la mayor cantidad de habilidades que pueda. A la hora de crear un personaje se ponen en marcha todos los sentidos, la búsqueda de este, bien sea de adentro hacia afuera o de afuera hacia adentro, en algún punto te convierte en un artesano. Cuando logras combinar armoniosamente el trabajo psicológico y físico con cada uno de los elementos: vestuarios y objetos que te acompañarán durante la obra, entonces habrás logrado una buena parte de esa creación tan mágica que es el personaje. 

Mis motivaciones para crear son diversas, pero hay puntos muy evidentes como por ejemplo mi relación directa con las artes visuales durante 13 años, por estar casada con un artista de la plástica. Por otro lado, el trabajo en el teatro con las luces, el espacio, los objetos, los sonidos y las formas, es la base fundamental que da origen a este proceso creativo que vengo desarrollando hace alrededor de 4 años, Y estoy convencida que, consciente o inconscientemente, será el sustento central de mi inspiración para series y piezas futuras. 

 

En nuestro primer encuentro, recuerdo que tu modestia censuró, a flashazos, el hecho de considerarte una “artista visual”. Soy de las personas que piensan que con la sensibilidad para crear se nace, y que el “saber-hacer” no necesariamente hace al artista; pero con más fuerza me atrevería a axiomatizar que las circunstancias y el tipo de respuesta que tengamos ante ellas, determinan muchas veces la formación de un legítimo artista. ¿Cuáles fueron las circunstancias en tu caso que hicieron posible la sublimación de un discurso ideoestético en tu trabajo?

A pesar de saber que era capaz de construir vestuarios, títeres, o bien, elementos escenográficos que aprendí con la actuación, solía decir una y otra vez: “Nunca podré hacer otra cosa en mi vida que no sea actuar”. En el año 2017, por segunda vez en New York, me encontré algún tiempo en un panorama que carecía de ese universo actoral al que estaba acostumbrada. La primera vez la pasé bastante mal, yo diría que fatal; no así la segunda, cuando mi sentido de supervivencia puso a prueba aquel ‘leitmotiv’ y despertó en mí otra manera de hacer, de crear, de sentirme casi igual de plena que en el teatro. 

Me reuní con 2 amigas, una de ellas diseñadora gráfica y comencé haciendo una prueba, llevando sus dibujos al textil. Lo que no imaginaba era que aquello no era más que un avance... En el año 2019 vinimos mi esposo y yo a residir a Madrid, ya para ese momento traía en mente llegar aquí y continuar con los textiles que había iniciado en New York, pero en esta ocasión con otro enfoque y explorando nuevas ideas. Sabía que esa tendencia que tengo a la desubicación podría aparecer en cualquier momento y pretender colocar en mí algún descontrol emotivo, pero increíblemente la inspiración y el trabajo diario fueron más fuertes que cualquier sentimiento negativo que pudo aflorar. Hoy me queda claro que de los peores momentos salen las mayores enseñanzas.

 

La necesidad de ubicación/localización en la época postmoderna se ha convertido en un proceso físico-mental cada vez más caótico debido, en gran medida, a esa despersonalización que ha sufrido la humanidad y que, abarrotada de merchandising y social media, nos ha convertido en ese “objeto perdido” que llamara el fisicoanalista J. Lacan. ¿Qué nos cuentas tus “mapas”? (atreviéndome a llamarles así)

Alguien me dijo un día: “Tú no debes dejar nunca de actuar, así tengas 80 años o más, no lo hagas, porque dentro de tí vive un monstruo que sale a respirar cuando te subes a escena”.Y yo creo que estos mapas que luego transformo en jardines, me ayudan también en gran medida a sacar y a liberarme de esa parte de mí que tanto amo pero que tan difícil se me hace sobrellevar en ocasiones. 

Mis mapas, como bien tú dices, son el consuelo en gran medida a fragmentos de mis miedos. Esos miedos que son parte de mi vida y probablemente también de vidas pasadas. 

Mis mapas no solo pretenden hablar de ubicación o de encontrar un rumbo, también cuentan historias de amor, de alegrías, de creencias, de familia, de niñez y juventud, de esfuerzos, de ahogos y de luz. Cada vez que comienzo uno es como enfrentarme a un ser al que miro de frente, fijo y muy de cerca, sin pestañear ni un segundo y una vez que lo termino es como si hubiera dejado atrás un gran peso, y de pronto aquello se transforma en ese paisaje, en algo bello para mí, un aliento de paz. 

 

Tienes fuertes inclinaciones por las formas abstractas aunque estas provienen de referentes reales… Coméntanos un poco cuáles han sido tus referentes más cercanos, que directa o indirectamente han inspirado este camino.

Si te soy sincera es un tema que no me he cuestionado del todo. Es algo que me empezó a atraer sin un raciocinio consciente. Y siento que es una cosa de la que no debo preocuparme mucho por lo menos por ahora. En el teatro a diferencia de las artes visuales el actor tiene que tener justificado en su cabeza cada palabra, movimiento o acción que realiza en escena. Sin embargo, cuando te lanzas a hacer una buena improvisación, uno actúa por el impulso que te transmiten la circunstancias y el otro actor o actores que te rodean, sin preguntar absolutamente nada. 

Aquí llegas a experimentar el aquí y el ahora que tanto nos cuesta en la vida real. Bueno, pues una improvisación es lo más parecido al proceso que estoy llevando ahora mismo. Y te puedo decir que con el tiempo  he aprendido que querer explicar o explicarnos el por qué sucede o de dónde viene el resultado de la obra, casi siempre pierde la espontaneidad, la frescura y la sinceridad que trae implícito. Pero hasta donde sé la abstracción es una representación de lo esencial de los fenómenos y las cosas. Ella es capaz de hablarnos de lo que la figuración muchas veces no logra comunicarnos y particularmente para mí es una elevada síntesis de la pureza de lo más profundo de la consciencia y el espíritu. No obstante, la respuesta a tu pregunta puede estar en el hecho de vivir rodeada de Artistas durante años como son: Mi abuelo, mi esposo, o de amigos como Michel Pérez (el Pollo) Osvaldo Gonzales, José Eduardo Yake con sus pinturas, sólo por mencionar algunos, más todo el background adquirido durante años cada vez que visito museos o exposiciones con Campins. Otros artistas que me motivan son Bernhard Lang, Rosario Belda, Lygia Clark, Carmen Herrera, Sandu Darie, Lygia Pape, Hormazd Narielwalla y por supuesto Mondrian. Por otro lado está el teatro, que hasta cierto punto es una abstracción de la realidad desde el momento justo en el que tu logras transformar en escena un objeto y convertirlo en todo lo que tú seas capaz de visualizar en él, Ejemplo: Una Maleta en una cama, en un mueble, en una mesa, en una tarima, en un barco…

 

¿Qué te llevó a explorar la tela y, especialmente, la técnica del patchwork y foundation piecing para desarrollar tu obra?

Aprendí a utilizar una antigua máquina de coser Singer a los 10 años y poco a poco aquello se volvió un disfrute enorme para mí. Rompí y transforme cuanta ropa podía y muchas veces parte de las prendas que usaba y uso me las arreglo o hago. Al cabo de los años esto me sirvió durante la carrera de actuación. Ya sabemos que en Cuba por la escasez un actor muchas veces se convierte en su propio diseñador de vestuario, y hasta de escenografía, cosa que adoré desde el primer momento. Aquello me fue dando una destreza con las manos y la imaginación que hicieron de mí un ser sumamente creativo. La textura en la tela tiene un encanto y una riqueza que me permiten trasmitir incluso más de lo que me propongo con estas piezas. El patchwork es un Arte milenario donde predomina el trabajo riguroso con los textiles, es una labor muy exquisita de detalle y de mucha paciencia. Yo no suelo ser perfeccionista y tampoco paciente, sin embargo, cuando realizo estos trabajos se rompen todos los esquemas. En el caso del método Foundation Paper Piecing fué todo un suceso cuando lo encontré, sucedió  por casualidad un día viendo imágenes de obras en un festival de quilt que se realiza anualmente en Birmingham Inglaterra, la manera en la que estaban cosidas aquella piezas eran de un nivel de precisión, de perfección y de complejidad que no podía descifrar, lo cual captó toda mi atención y no paré  hasta lograr entender durante par de meses después la intrincada madeja que hay detrás de los patrones que acompañan este tipo de obras. Mi inglés no es bueno, pero eso no fué un impedimento para ir traduciendo poco a poco el único libro que hallé y que me orientó para hacer mis propios dibujos en base a esta técnica hasta convertirlos luego en esos mapas de los que hemos estado hablando. Fue toda una odisea, pero ahora mismo esto me da una confianza enorme en los próximos trabajos que quiero hacer y me hace sentir súper feliz.

Cuéntanos de qué van las series desarrolladas hasta el momento: “Primavera del 2020” y “Jardines de la inconsciencia” y su relación con este período pandémico que ya pareciera caducar… Y también del proyecto de máscaras, tan noble y auténtico como tu humildad.

Jardines de la inconsciencia es mi primera serie y aún me queda mucho por profundizar en ella ,son esas Cartografías textiles llenas de colores y líneas rectas, pero son más que eso, son estos laberínticos Jardines que me desarman una vez que los termino. Los encierros no son del todo malos, en mi caso el no poder salir, desarrolló aún más la habilidad de pasear con lo que tenía a mi alcance. Así que tomaba el Google map me subía en él y viajaba por el aire para descubrir lugares alrededor del mundo, así fue como llegué y aterricé en varios de mis mapas.
En el caso de primavera del 2020 surgió como respuesta a toda esa ansiedad provocada por la primera etapa del confinamiento, donde disfrutar de la primavera se me hacía cada vez más latente en un ambiente rodeado de edificios y sin más vegetación a mi alrededor que 2 plantas dentro de un apartamento. Fueron varios meses sin poder ver el horizonte. La forma que encontré para estar más cerca de la naturaleza fue primero gracias a las mascarillas, cada una era una flor diferente, flores que al cerrar los ojos era capaz de imaginar en el momento justo que se abrían por primera vez con sus olores, colores y texturas. Salieron primero 6 patrones de ellas y aquel trabajo de repente se convirtió en un juego, porque a partir de esos 6 patrones aparecieron otras flores en otro formato, luego una serie de dibujos y ahora todo esto a derivado en otras piezas con una visualidad distinta a las anteriores y que llevan por nombre "Ojo de libélula". Volviendo a las mascarillas, una vez que tuve terminadas varias de ellas decidí que salieran a la calle y hoy por hoy es un lujo ver como conocidos y amigos me regalan el placer de ver en sus rostros esos recuerdos de pánico convertidos en coloridas flores hechas con tremendo amor.

 

He visto tus dibujos, y parecieran bocetos de las obras en tela… ¿o acaso son existen después? 

Depende, hay dibujos que sí son los bocetos, yo diría más, son una parte inevitable de la obra, esos que luego se llenan de números y más adelante de retazos de tela o bien fragmentos coloreados, como son los que utilizo para los mapas en la serie Jardines de la inconsciencia, ellos son parte del proceso previo, la guía que me permite poder llevar las piezas a la máquina de coser que es el último paso. Pero si te refieres a los dibujos pequeños de la Serie Primavera del 2020, son inspirados en las deconstrucciones de los patrones de las mascarillas. Y cada uno funciona como obra independiente.

 

Cierto ha sido que tu comienzo en las artes visuales ha despertado el interés en el mundo artístico cubano-madrileno y en otras zonas del mundo. Cuéntanos un poco cómo ha sido la recepción de tu obra y los planes que tienes para este 2021 que recién comienza.

Creo que la primera vez que hablamos te comenté que toda esta creación salió sin proponerme ni pretender que un público tan exigente como es el de las artes visuales se interesara en ello.  Durante la pasada feria de Arco Carlos Garaicoa hizo su habitual open estudio el cual llamó ”Cartografías del espíritu”. El tema por supuesto tenía mucho que ver con aquellos primeros mapas que estaba haciendo. Los vio un día que paso por el estudio y para mi sorpresa me invitó a esta muestra. De pronto me vi exponiendo con Artistas sorprendentes a los que siempre he admirado y los que nunca imaginé que podría tener al lado. El propio Carlos Garaicoa, Ignasi Aballi, Allora y Calzadilla, Rosario Belda, Alighiero Boetti, Ariamna Contino, Hamish Fulton, Shilpa Gupta, Patrick Hamilton Jorge Machi, Yornel Martinez, Sabrina Mezzaqui, Kamilo Morales, Giovanni Ozzola, Claudio Perna, Rafael Villares y Qiu Zhijie. Pero lo más sorprendente fue el interés que despertó en personas de todo tipo que estuvieron en contacto directo con las piezas, desde los amigos, hasta artistas, curadores y coleccionistas.  

Esto fue sencillamente lo que pasó, para muchos y quizá para mí misma de una forma algo apresurada. Sobre todo, para quien solo aspira a hacer lo que quiere, a disfrutar al máximo sin importar lo que piensen y a trabajar de una forma transparente y sincera más allá de si pueda ser considerado bueno, malo o inexperto. Mis planes para el 2021 son seguir trabajando y superándome en este nuevo camino, Y si la pandemia lo permite en febrero tendré la primera muestra personal con parte de los trabajos hechos hasta el momento. Y por su puesto una vez que nazca nuestra hija Siena, que ya viene en camino, absorber todo ese amor para que me siga llenando de inspiración en las obras que estoy por comenzar. 

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